ORACIÓN A LA DIVINA PROVIDENCIA
Tú eres santo, Señor Dios único y verdadero, que haces grandes maravillas en el mundo entero. Tú eres infinito. Tú eres fuerte, tú eres grande, Padre, Hijo y Espíritu Santo, déjame contemplarte, déjame amarte, déjame seguirte,  tú eres altísimo. Tú eres rey omnipotente, tú eres Padre santo, Rey del cielo y de la tierra y de todo cuanto en ellos se contiene. Tú eres trino y uno, Señor mío Dios mío, Señor Dios, todo bien. Tú eres el bien, todo bien, sumo bien, Señor Dios, vivo y verdadero. Tú eres caridad y amor, tú eres sabiduría. Tú eres humildad, tú eres ternura, tú eres paciencia, tú eres seguridad, tú eres amor, tú eres confianza. Tú eres quietud, tú eres gozo y alegría. Tú eres justicia y templanza nuestra, tú eres roda nuestra esperanza. Tú eres todas nuestras riquezas a satisfacción. Tú eres hermosura, tú eres obediencia, tú eres mansedumbre. Tú eres bueno. Tú eres protector nuestro, tú eres custodio y defensor. Tú eres fortaleza nuestra, tú eres refrigerio. Tú eres fe y esperanza nuestra. Tú eres la gran dulzura nuestra, tú eres misericordia, tú eres providencia, tú eres trino y uno, Señor mío y Dios mío. Tú eres la vida eterna nuestra, grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso salvador, tú lo eres todo, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Autor: San Francisco de Asís